Hay días que no deberían existir, tendrían
que estar prohibidos para que no pudiesen alcanzar los corazones y romper las
cuerdas de la vida. Tendrían que enseñarnos desde bien pequeños que intentar
alcanzar los sueños puede ser muy peligroso, hasta incluso mortal.
Buscas un reto, un objetivo y cuando crees
que estas apunto de conseguirlo, te hinchas de felicidad y explotas ilusión por
cada poro de tu piel. La ilusión es un arma de doble filo, algunos la utilizan
para aprovecharse del resto de los mortales y otros, como yo, sencillamente nos
clavamos su puñal.
El mundo no se ha detenido, pero tú sí.
Intentas arrancar los matojos de las dudas de tu mente, tal vez así, el sol
pueda volver a entrar de nuevo en tu alma. ¿Por qué es tan difícil conseguir
algo tan sencillo?.
El temor más grande es, que después
de cada puñalada de ilusión, mi optimismo tarda más en recuperarse, se está
convirtiendo en un optimismo desencantado.