lunes, 26 de abril de 2010

Más allá de tu culo; teoría sobre la flor del culo ya extinguida

La mente es un músculo, y como tal, cuanto más lo ejercites estudiando, buscando preguntas, hallando respuestas, entonces, es cuando estás desarrollando ese músculo y por lo tanto, es mucho más potente y fuerte.

Es en este momento óptimo, cuando alguna de las dudas existenciales que tienes, encuentran su respuesta, su teoría, su razón de ser.

En mi caso, he descubierto la verdad del por qué nos fijamos tanto en el culo de los demás, sobre todo en los culitos de las personas que más nos gustan.

Todos sabemos que la humanidad ha evolucionado, nuestros antepasados andaban más encorvados, teníamos más pelo, éramos más feos... y también, teníamos una flor en el culo, si, como lo estas leyendo, teníamos una flor en el culo.

El cometido de esta flor, era reflejar la verdad sobre cada uno de nosotros, esta flor era el espejo del alma, no los ojos como algunos piensan, era la flor que teníamos en el culo.

Si una persona era egoísta, mentirosa, rencorosa, cruel, malvada... la flor que llevaba en el culo estaba marchitada, era fea, apenas tenía hojas... y por el contrario, si una persona era amable, servicial, humilde... esa persona tenía la flor más bonita que jamás os hayáis podido imaginar. Curioso, ¿verdad?

Estas flores, al igual que reflejaban nuestro ser más latente, más oculto, se alimentaban también de nuestro interior. Las flores de la naturaleza se alimentan de dióxido de carbono, del aliento de las personas, pues, las flores de nuestros culos se alimentaban de nuestros pedos. De esta misma forma, las flores de la naturaleza expulsan oxígeno y las flores de nuestros culos perfume...

Los perfumes de hoy en día triunfan tanto porque sus dueños son personas que saben esta gran verdad universal y de alguna forma han conseguido crear de nuevo los perfumes que desprendían las flores de los culos con las almas más hermosas, por eso, toda las personas quieren comprar esos perfumes y por eso son tan caros.

Esta teoría también explica la obsesión de la humanidad por tener un culo tan bonito, porque, seamos sinceros, ¿por qué nos gusta tanto la parte del cuerpo que expulsa heces? No hay otra razón que el hábito que se quedó intacto en otros, el mirar cómo era la flor de la persona que nos interesaba, si era hermosa, era una persona maravillosa, si era marchita, era una persona cruel y malvada y por lo tanto no nos interesaba.

De alguna forma, eso, se ha quedado grabado en nuestro interior, seguimos mirando detrás, seguimos mirando dónde la espalda pierde su casto nombre, porque nuestro ser más profundo sigue creyendo que tenemos una flor en el culo...

¿La razón por la que la hemos perdido? Un misterio, todavía sin resolver.



Un perro que busca la flor del culo

viernes, 23 de abril de 2010

Querida agencia

Querida agencia; No te olvides de mí, porque yo no me olvido de ti. Quizás tu no me conozcas, pero yo a ti sí...

En esta mañana de primavera, de repente, he sentido una necesidad increíble de escribirte, no quiero que pase más tiempo sin abrirte mi corazón, quiero que entiendas mis sentimientos, que seas consciente de lo “prendada” que me tienes.

Desde mi adolescencia, supe que las “artes” me llamaban la atención, el cine, la música, las letras, la fotografía... y descubrí que una forma divertida de trabajar con estas herramientas era la publicidad. ¿Quién crea la publicidad? Y un hombre sabio me dijo, “las agencias de publicidad”, ¡Oh! ¡Qué gran descubrimiento! ¡Quiero trabajar en una agencia de publicidad! Si, claro que si, pero para eso, tienes que estudiar la carrera.

La historia esta escrita, de cabeza entré en la Universidad de Alicante, a estudiar esta fascinante carrera. Durante mis años universitarios conocí a gente increíble, grandes personas que al día de hoy se han convertido en mis amigos. También descubrí la desesperación, desesperación por querer llegar a ser la mejor y descubrir que cada persona tiene sus limitaciones. Supe lo que era estudiar y trabajar, por las mañanas trabajaba como teleoperadora y por las tardes hincaba los codos. Fueron muchas las noches que vi las estrellas desde las ventanas de la biblioteca, a veces, hasta le pedía algún deseo a la Luna... “por favor, quiero trabajar en una agencia...”

Muchos profesores nos hablaban de las agencias, nos contaban historias del “más allá” y del “más acá”. Supe, que hay distintas agencias; locales, otras globales, sus reglas de oro, de plata, sus estrellas del rock como Ogilvy, sus manías, sus éxitos. ¿Cómo es ella? ¿Quién es ella? “Ella, se hace fría y se hace eterna...” ella... mi agencia...

Durante seis años suspiraba por conseguir trabajar en una agencia, quería aprender, quería crecer, quería conocerla, escudriñarla, mimarla, amarla, sentirla... y por unos instantes lo conseguí. En mi penúltimo curso de carrera pude realizar las prácticas en una agencia de publicidad. Fue una experiencia única, grande, sublime, pero me quedé insatisfecha. Ese verano pude conocer qué era trabajar en una agencia de publicidad, “no es oro todo lo que reluce” ni mucho menos, pero a mí me daba igual, lo importante era que estaba dentro y podía aprender.

Terminó mi periodo de prácticas, reconozco que llore, esa noche lloré, yo quería quedarme, quería seguir aprendiendo, pero no había sitio para mí.

Finalicé mi carrera, después de seis años lo conseguí y rápidamente me puse a mandar CV a la ciudad de Alicante, aunque el mundo, “perfecto destructor de sueños” tenía una mala noticia para mi, “La Crisis y su puñetera madre”, ¿Qué va a ser ahora de mí?

Al día de hoy, sigo suspirando por ti, amada agencia, se que en algún lugar de tu corazón tienes un hueco para mi, un rincón donde pueda acurrucarme, sentir a tus anunciantes, tocar tus campañas, saborear tu lluvia de ideas, oler el café rico de la cocina (toda agencia tiene una cocina con café, lo sé) conocer a tus otros amantes, tus diseños, tus textos, tus fotografías, tus anuncios, tu mundo...

Quiero aprender, evolucionar, crecer, trabajar, quiero conocerte, querida agencia, no te olvides de mí.
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